¿Qué es una factura simplificada?

Las operaciones comerciales, tanto de compraventa como de prestación de un servicio, se registran a través de las facturas. Además de servir de justificante, estos documentos tienen valor contable. No obstante, existen diferentes tipos. Así que, para explicarte qué es una factura simplificada, nos iremos de compras un momento.

Factura simplificada

Bien, ya estás en la calle, con la lista de cosas que necesitas encima. Tienes que ir al supermercado a por comida, a devolver una camisa que te queda grande a una tienda  y a comprar una moto nueva. En todas estas operaciones intervendrá una factura. Pero, ¿cuáles se realizan con una factura simplificada?

En primer lugar, has decidido cambiar la camisa. Aparte de entregarle la prenda al dependiente de la tienda, necesitas algo que demuestre que se ha realizado una transacción previa en dicho establecimiento. Es decir, el tique de compra. Cuando vayas después al supermercado y después al concesionario, recibirás un documento similar que certifique tu pago por la operación.

Sin embargo, desde el 2012, el tique de compra ya no existe, porque lo sustituyó la factura simplificada. Este documento, por lo tanto, es el que llevas a la tienda y el que recibirás luego en el supermercado. Pero no en el concesionario. Allí te entregarán una factura completa. Por cierto, una vez realizada la devolución de la camisa, la tienda la contabilizará a través de una factura rectificativa.

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Diferencia entre factura simplificada y factura completa

En realidad, estas dos facturas no presentan ninguna diferencia a nivel conceptual. Ambas se expiden como justificante de cualquier operación comercial y tienen el mismo valor contable. Es decir, que se contabilizan por igual.

No obstante, la factura simplificada no se puede emitir cuando el importe de la transacción supere los 400€. Si se da este caso, entonces la operación se registra mediante la factura completa. Aunque, según la normativa de facturación, hay una serie de excepciones en las que un importe no superior a 3.000€ permite la emisión de una factura simplificada. Los puedes consultar en este enlace.

Del mismo modo, también hay tres casos donde no se permite registrar la operación comercial con una factura simplificada, que son los que te mostramos a continuación:

  • Entregas comunitarias de bienes.
  • Ventas realizadas a distancia.
  • Operaciones efectuadas en el Territorio de aplicación de Impuesto (TAI) en los que el proveedor no esté establecido.

Por último, también hay una diferencia de formato entre una factura simplificada y una completa. Pero este punto lo desarrollaremos en el apartado que viene a continuación.

Datos obligatorios

Respecto al contenido, los datos que aparecerán en los dos tipos de factura son distintos. O, mejor dicho, la simplificada no incluye elementos que sí figuran en la completa. De todas maneras, una factura simplificada puede añadir cualquiera de esos datos sin ningún problema. Pero los que están considerados obligatorios por Ley son los siguientes:

  • CIF o NIF de quien emite la factura.
  • Su nombre, ya sea mediante razón social o como persona.
  • La fecha de la operación.
  • El número de factura.
  • Una descripción del contenido de la operación.
  • El IVA.
  • El importe total.
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Cuándo se usa la factura simplificada

En general, la mayor parte de operaciones comerciales que realizas cada día se registran a través de una factura simplificada. Incluso para operaciones superiores a 400€, ya que las transacciones por ventas y servicios de muchos negocios cuentan con permiso de la Agencia Tributaria para emitirlas.

Por otro lado, el receptor de la misma no necesita disponer de una copia, a menos que la necesite por temas contables o como justificante para efectuar una devolución, como en el ejemplo de la tienda del principio. Sin embargo, el emisor debe guardar su copia para contabilizarla, so pena de sanción.

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